El conjunto de la Mancomunidad de Naciones, abordaron recientemente el debate de cómo prevenir y combatir la radicalización y el extremismo violento. Si bien los jóvenes son el colectivo con más propensión a iniciarse en tales procesos, también pueden ser agentes de cambio y aportar formas innovadoras para abordar el problema. En los últimos años, se ha experimentado un cambio positivo y global hacia el reconocimiento de la educación como herramienta clave para la prevención y la lucha contra el radicalismo.
Ahora, la Mancomunidad apuesta por un triple enfoque a nivel educativo. Primero, educación formal e informal para trabajar los factores de riesgo que facilitan la radicalización e incidir directamente en el ámbito local y comunitario. Segundo, desarrollar planes efectivos educativos dotando al profesorado con herramientas para fomentar el pensamiento crítico, la tolerancia, entre otros. Y tercero, los gobiernos deben reformar los sistemas educativos para fomentar el diálogo y la inclusión.
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